Al comienzo del recorrido por el acuario del Museo Municipal de Ciencias Naturales, se puede ver una muestra dedicada a los caballitos de mar. La especie que vive a la vera de la costa marplatense es hippocampus patagonicus y tiene características que despiertan interés por su estudio y conservación. Lo cierto es que el caballito de mar está incorporado culturalmente a la simbología de las poblaciones costeras, como lo es de Mar del Plata.
Un pez muy particular, conocido desde la Antigüedad
Ya en la mitología griega los caballitos de mar están presentes, y desde siempre despiertan leyendas y supersticiones por su peculiar forma y comportamiento biológico. Se han hallado restos fósiles que datan de 13 millones de años atrás.
Los caballitos de mar son peces óseos de apenas 12 centímetros de alto, y como tales respiran a través de branquias, aunque no tienen escamas. Son “nadadores lentos” que mueven su aleta dorsal 70 veces por minuto. Una de sus particularidades radica en que viven cerca de la costa, en el fondo del mar, donde encuentran refugio y alimento.
Todas las especies son capaces de camuflarse cambiando de color y permaneciendo completamente inmóviles frente a sus depredadores. Los caballitos de mar tienen presencia en todos los mares y Océanos del mundo, y su principal concentración se da en la zona del Indopacífico. El hippocampus patagonicus tiene dos poblaciones estables en el Mar Argentino: una a la altura de Las Grutas (Río Negro) y la otra en Mar del Plata.
Millones de ejemplares sacados del mar
Si bien los caballitos de mar no son recursos pesqueros, se calcula que cada más de 26 millones de ejemplares en todo el mundo salen de su ambiente por acción del hombre. ¿Con qué destino? Principalmente para la medicina tradicional china, y en menor medida para el negocio de las curiosidades y el acuarismo.
Esta lamentable realidad, sumada a lo peculiar de su cuerpo y modo de vida, a una especial sensibilidad frente a los cambios ambientales y la pesca hace que deban ser especialmente atendidos y protegidos. De hecho, un tercio de todas las especies del mundo están consideradas como “vulnerables” o en peligro, debido a las declinaciones poblacionales producto de la degradación de sus ambientes.
Monumento natural de Mar del Plata
En la muestra sobre el hipocampus patagonicus se observa una escultura donada por el Grupo de Extensión Universitaria “La ciencia hace escuela” al Museo. Se trata de una obra de la artista Mercedes Rodrigo llamada “La naturaleza es asombro” (2011) confeccionada con bronce, oro y piedra semipreciosa. En ella sobresale un ejemplar del hippocampus en lo que parece ser una réplica del fondo marino en el que vive.
En una publicación literaria reciente encontramos una referencia al pasar a los caballitos de mar; se trata de “Guía maravillosa de la Costa Atlántica” (Editorial Sudamericana, 2022). Hacia el final del libro, Andrés Gallina y Matías Moscardi hacen mención al hippocampus patagonicus como “recuerdo de Mar del Plata”, cuya figura de plástico se adosa a todo tipo de objetos y se venden en tiendas de souvenires. La simbología del caballito de mar en su máxima expresión.
Autor foto de portada: Foto de Yan Ots en Unsplash.