Gracias a un estudio que cuenta con financiación de la NASA, se cree que hace 3,3 millones de años un meteorito que cambió el mundo chocó contra la Tierra cerca de Mar del Plata. El evento habría provocado la extinción de algunos mamíferos de la región pampeana, pero también habría afectado el clima a nivel mundial.
Aunque aún no está claro dónde se habría producido el impacto, los principales vestigios del hecho se encuentran en el área de Chapadmalal, entre la Barranca de los Lobos y el arroyo Las Brusquitas, cerca de Miramar.
Allí se hallaron las denominadas escorias, unas rocas de aspecto vítreo y vesicular, con tonalidades negro-verdosas. Las mismas se generan a altísimas temperaturas, por encima de los 1.720° centígrados. En la zona no hay vulcanismo, lo que parecen indicar la caída de un meteorito a altísima temperatura.
Las escorias, la clave
Son “literalmente una lluvia de tierra fundida”, grafica Matías Taglioretti, investigador del Museo de Ciencias Naturales Lorenzo Scaglia. “Al enfriarse rápidamente quedan retenidas las burbujas dando su típico aspecto vesicular”, explica, en una entrevista con La Capital.
Pero esta rápida acción hace que “los minerales formados al solidificar el fundido permiten realizar dataciones absolutas de los elementos químicos atrapados en su red cristalina”. Por ello pudo determinarse la antigüedad: 3,3 millones de años.
Esta datación es central, ya que coincide con cambios en la flora y la fauna que no tenían una explicación clara. El evento, además, coincide con el inicio de una época de enfriamiento planetario, una era glaciar. Cabe destacar que un meteorito mucho más grande había sido responsable de la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años.
Taglioretti señala que “algunos grupos de megamamíferos desaparecen momentáneamente de nuestro registro fósil luego de la caída del meteorito”. Entre ellos destaca a los los marsupiales tigres de sable, algunos o la Chapalmalania, un mapache de tamaño similar a un oso panda. También cambió la flora, con la desaparición de las palmeras de la zona.
25 años de ciencia
“Los resultados de geoquímica sobre la composición mineralógica de las escorias y de su análisis al microscopio fueron las primeras evidencias obtenidas que sugirieron un origen a través de un impacto de un asteroide“, explica al portal 0223 Marcelo Zárate, investigador del CONICET.
Zárate es el responsable de buena parte de estas investigaciones, junto a Peter Schultz, de la Brown University de Estados Unidos. Investigan el tema desde 1995 y publicaron su primer estudio importante con esta teoría en 2002.
Luego, la NASA decidió financiar nuevas investigaciones, que permiten que algunas muestras hayan sido enviadas a Estados Unidos para ser investigadas. Sin embargo, la pandemia del coronavirus retrasó las investigaciones.
¿Hay un cráter?
¿Dónde fue impacto de este meteorito que cambió el mundo? Aún no hay un lugar específico, pero Zárate sostiene que “no habría ocurrido muy lejos” de donde se localizaron las escorias. “Teniendo en cuenta el tamaño de los fragmentos, puede haber ocurrido a pocos kilómetros” de Chapadmalal, en el sur de la Ciudad.
Taglioretti agrega que la evidencia indica que cayó en el mar. “Posiblemente el cráter del impacto meteorítico nunca se encuentre”, aclara. La erosión del océano, así como los cambios en su nivel a lo largo de millones de años podrían haberlo borrado.
“Para detectarlo en el subsuelo deberían hacerse estudios geofísicos”, explica Zárate.
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