Adriana Kebat, actual presidenta del Círculo Italiano de Villa Gesell, contó la historia de este centro que une a los italianos de la ciudad. Sus comienzos, los desafíos que enfrenta y la italianidad como bandera.
Unir a los italianos: el gran objetivo del Círculo
Ahí donde el mar se encuentra con la arena y los bosques, donde las calles de tierra se entrecruzan y la calma parece ocupar todo el espacio, un grupo de inmigrantes italianos, hace 57 años, fundó el Círculo Italiano de Villa Gesell.
Si bien estamos acostumbrados a hablar de la gran cantidad de inmigrantes italianos que llegaron a ciudades como Rosario, Mar del Plata, Córdoba, La Plata y Tandil (ni hablar de Buenos Aires), la realidad es que también hubo un gran número de personas que optaron por la tranquilidad de Villa Gesell, una ciudad más pequeña, joven (se fundó en 1931) y con un contacto más directo con la naturaleza.
Ese grupo de italianos que eligió a Gesell como su nuevo lugar de residencia, quizás al encontrarse en un lugar tan solitario, y con la añoranza de su pueblo natal, eligió reunirse, confraternizar, compartir. Y fruto de esa unión nació el Círculo Italiano de Villa Gesell, que ya tiene 57 años desde que se inauguró.
Adriana Kebat, la actual presidenta del círculo, nos contó la historia del mismo, las actividades que realizan y los desafíos que enfrentan.
¿Cómo nació el Círculo Italiano de Villa Gesell?
El círculo es bastante antiguo dentro de lo que es la ciudad, si tenemos en cuenta que Villa Gesell tiene 90 años y el círculo casi 60, y nació como muchas otras uniones italianas. Lo crearon los primeros inmigrantes que vinieron a la ciudad, con el objetivo de reunirse para recordar sus costumbres, celebrar sus fiestas, no perder sus raíces. Al principio funcionaba como un lugar de encuentro exclusivo de los italianos y sus familias; compartían comidas caseras con recetas de sus pueblos de origen, música, deportes. Después, poco a poco, se fueron integrando también familias que no son italianas y que de alguna manera han hecho que el círculo se mantenga activo.
El círculo como tal ocupa toda una manzana que fue donada por Carlos Gesell (NdA: fundador de la ciudad) en la cual, de a poco, los primeros inmigrantes italianos fueron construyendo las instalaciones que perduran hasta hoy.
¿Cómo llegaste a ser presidenta?
Yo entré al círculo porque soy hija de italianos, enseño la lengua y además amo la italianidad, estoy orgullosa de mis raíces. Mi esposo empezó hace casi 30 años, participando de las reuniones de comisión cuando eran casi todos hombres y las mujeres teníamos una comisión aparte. Con el tiempo las cosas fueron cambiando, los primeros inmigrantes fueron falleciendo, otros se alejaron por cuestiones de tiempo y edad, y como no queríamos perder ni el espacio ni los recuerdos y la celebración de la cultura italiana, fuímos poniendo las cosas en su lugar y así fue como terminé siendo presidenta, cargo que ocupo desde el año 2013. En realidad, es un rol “protocolar”, podríamos decir, porque todos hacemos todo, simplemente había que poner a alguien en esa función por una cuestión del estatuto.
¿Cuáles son tus raíces italianas?
Mi papá era de Trieste y mi mamá de Istria (territorio que actualmente pertenece a Croacia). De hecho, dentro del círculo funciona también el Círculo Giuliano, del cual también soy presidenta. Mis padres primero emigraron a La Plata, después de la Segunda Guerra Mundial. Allí se conocieron y es donde yo nací, estudié y me casé, después me vine a Gesell y hace ya más de 45 años que estoy acá.
¿Qué actividades se desarrollan en el círculo?
Tenemos dos fechas principales que son el 2 de junio (que es el día de la república italiana) y el 19 de septiembre, cuando celebramos el aniversario del círculo. Por otro lado, dentro de la sede tenemos 2 partes; una deportiva, que incluye el campo de deportes, una cancha de fútbol, otra de paddle y una tenis. Esa área está concesionada. Por otro lado, está el edificio que ocupa la comisión, donde tenemos un salón de fiestas, que alquilamos y que también usamos para llevar a cabo distintas actividades, y tres aulas donde damos clases de italiano, ensaya el coro “Fra Noi” que ya tiene 20 años y canta en italiano.
También incorporamos clases de comedia musical para niños y adolescentes, tenemos clases de teatro y de kung-fu. Además, prestamos la sede para distintos eventos, por ejemplo, el año pasado se realizó una muestra fotográfica de artistas de la ciudad, también organizamos actividades solidarias y este año vamos a dar una serie de cursos, junto a la Universidad de Mar del Plata, sobre los hábitos del buen vivir.
¿Cuál es el contacto con los jóvenes descendientes de italianos en Villa Gesell?
Es un tema complicado porque nosotros como ciudad turística tenemos meses de mucho trabajo durante la temporada de verano, pero los preparativos arrancan mucho antes entonces la gente se aleja de las instituciones entre noviembre y abril. A raíz de esta situación, se hace difícil atraer a los jóvenes, pero tenemos gente de entre 40 y 50 años que son hijos de italianos y que siempre participan. La realidad es que no nos falta gente, pero tampoco sobra. Trabajamos para que se acerquen y algunos se quedan, pero a otros no les interesa. El año pasado, por ejemplo, hicimos una cena de fin de año e invitamos a los hijos de ex-participantes del círculo y algunos nos dijeron que tenían ganas de volver a sumarse y apenas dijeron eso, ya los sumamos. Todos son bienvenidos y queremos que esto siga adelante y creciendo.
¿Qué tan grande es la comunidad italiana en la ciudad?
Se calcula que un 50 por ciento de los habitantes de Villa Gesell son descendientes de italianos, pasa que se va perdiendo un poco eso porque va llegando gente nueva todo el tiempo. Sobre todo después de la pandemia, hubo un crecimiento de la población, mucha gente eligió venir a vivir acá por la tranquilidad del lugar. Sí nos dimos cuenta también que mucha gente nueva se empezó a acercar para consultarnos sobre cómo tramitar la ciudadanía pero nosotros no podemos hacer nada en ese sentido porque es un trabajo del consulado. De todas formas los guiamos, y también estamos al servicio de los italianos mayores para ayudarlos cuando viene gente del ACLI.
