Un repaso por el histórico triunfo de la selección italiana en la Copa del Mundo de España 1982, a 41 años de aquella epopeya que consagró al gran Paolo Rossi.
La tercera estrella de la azzurra
En el año 1982, España fue la sede de la duodécima edición de la Copa del Mundo, el torneo más importante del fútbol mundial. Por primera vez, participaron 24 selecciones nacionales, lo que obligó a cambiar el formato de la competición. La Copa del Mundo de 1982 tuvo momentos inolvidables, como el Brasil-Italia de la segunda fase, la semifinal entre Francia y Alemania resuelta en penales, o la goleada de Hungría a El Salvador por 10-1.
Pero si hay un protagonista que se llevó todos los aplausos y los premios en ese Mundial, ese fue Paolo Rossi, el delantero italiano que marcó seis goles y condujo a su equipo al título. Rossi fue el Balón de Oro y la Bota de Oro de la Copa del Mundo de 1982, y se convirtió en una leyenda del fútbol italiano y mundial.
¿Cómo fue la trayectoria de Italia y de Rossi en ese Mundial? ¿Qué dificultades tuvieron que superar para llegar a la final? ¿Qué otros jugadores destacaron en ese torneo?
Un comienzo difícil
Italia llegó al Mundial de España con muchas dudas y críticas. Su entrenador, Enzo Bearzot, había convocado a Rossi, que venía de cumplir una sanción de dos años por un escándalo de apuestas ilegales. Además, el equipo no mostraba un juego convincente ni resultados positivos.
En la primera fase, Italia quedó encuadrada en el grupo 1 junto con Polonia, Perú y Camerún. Los italianos empataron los tres partidos por 0-0, 1-1 y 1-1 respectivamente, y se clasificaron para la segunda fase por diferencia de goles. Rossi no anotó ningún gol y fue muy cuestionado por la prensa y los hinchas.
La resurrección ante Brasil
En la segunda fase, Italia integró el grupo C con Argentina y Brasil, dos de los favoritos al título. Los italianos necesitaban ganar los dos partidos para avanzar a las semifinales, y lo lograron con una actuación memorable de Rossi.
En el primer partido, Italia venció a Argentina por 2-1 con dos goles de Rossi, que aprovechó dos errores defensivos de los sudamericanos. El segundo gol fue una obra maestra: Rossi recibió un pase largo de Cabrini, controló el balón con el pecho y lo empalmó de volea al ángulo.
En el segundo partido, Italia se enfrentó a Brasil, que había deslumbrado con su juego ofensivo y sus estrellas como Zico, Sócrates o Falcão. El partido se jugó en el estadio de Sarriá, en Barcelona, y es considerado uno de los mejores de la historia de los Mundiales.
Italia se impuso por 3-2 con un hat-trick de Rossi, que demostró su olfato goleador y su oportunismo. El primer gol fue un cabezazo tras un córner; el segundo, un remate tras un rebote; y el tercero, una anticipación tras un centro. Brasil intentó reaccionar con los tantos de Sócrates y Falcão, pero no le alcanzó para evitar la eliminación.
El partido fue un espectáculo de fútbol, con ocasiones para ambos equipos, jugadas de calidad y emoción hasta el final. Italia eliminó al que muchos consideraban el mejor equipo del torneo, y Rossi se consagró como el héroe de la azzurra.
El camino a la gloria
En las semifinales, Italia se cruzó con Polonia, que había eliminado a la Unión Soviética en la segunda fase. Los polacos contaban con el goleador Zbigniew Boniek, que había marcado un hat-trick ante Bélgica, pero que no pudo jugar por acumulación de tarjetas.
Italia no tuvo problemas para derrotar a Polonia por 2-0 con dos nuevos goles de Rossi, que ya sumaba cinco en el torneo. El primero fue un cabezazo tras un centro de Conti, y el segundo fue una definición tras una asistencia de Bergomi.
En la final, Italia se enfrentó a Alemania Federal, que había superado a Francia en una dramática semifinal resuelta en penales. Los alemanes tenían un equipo muy potente, con jugadores como Rummenigge, Breitner o Schumacher.
El partido se disputó en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid, ante más de 90 mil espectadores. Italia dominó el encuentro desde el principio y se adelantó en el marcador con un gol de Rossi, que aprovechó un error de la defensa alemana para marcar su sexto tanto en el Mundial.
En la segunda parte, Italia amplió su ventaja con dos goles más: uno de Tardelli, que remató con fuerza un pase de Altobelli, y otro de este último, que definió con clase tras una asistencia de Conti. Alemania descontó con un penal convertido por Breitner, pero no pudo evitar la derrota.
Italia se proclamó campeona del mundo por tercera vez en su historia, igualando a Brasil como el país más ganador hasta ese momento. Rossi fue el máximo goleador y el mejor jugador del torneo, y se llevó los aplausos de todo el mundo. Su capitán, Dino Zoff, se convirtió en el jugador más veterano en levantar la Copa del Mundo, con 40 años.