Kinturray, la marca marplatense que hace “la mejor miel del país”

María De los Ángeles Gallo nos cuenta la historia de Kinturray, un emprendimiento familiar que nació en Mar del Plata, junto a su marido Maximiliano Sosa, y que es “la mejor miel del país”.

Una pasión, una caída y una nueva idea

Si hay algo que destaca a la gran mayoría de los argentinos (quizás por herencia de aquellos inmigrantes que llegaron al país con ansias de trabajar y crecer) es las ganas de emprender e ir por más. Entre las múltiples historias de negocios familiares y pequeñas empresas que nacieron en el garaje de una casa o en una charla de sobremesa se encuentra la de Kinturray, la marca marplatense que hace “la mejor miel del país”.
Por supuesto, en esta historia no faltan los habituales traspiés y barreras que los argentinos conocemos bien, pero también está la reconversión y el inicio de un nuevo camino que no tiene fin.

¿Cómo nació Kinturray?

Kinturray nació a través de esas cosas que ocurren en el país de alguna manera. En 1999 nos conocimos con Maximiliano, mi marido, e hicimos el curso de perito apicultor. Una vez finalizado ese curso, de a poco, fuimos teniendo algunas colmenitas propias mientras seguíamos con nuestros respectivos trabajos. Maxi en ese momento trabajaba para distintos apicultores y después pasó a una empresa de acá de Mar del Plata que tenía colmenas en La Pampa y que certificaba miel orgánica. Las colmenitas fueron creciendo y en un momento decidimos dedicarnos de lleno a esto. Sin embargo, ni bien arrancamos el precio de la miel empezó a bajar. Yo me enojé mucho con esa situación y le dije a Maximiliano que no podíamos permitir que se ninguneara el precio de la miel, porque es algo que lleva mucho trabajo y esfuerzo.
A pesar de que amamos lo que hacemos y nos encanta, realmente cosechar un kilo de miel implica un gran trabajo. Así que le dije ‘no vamos a vender más miel a granel por tambor cerrado para los exportadores, vamos a fraccionar nuestra producción y a tratar de vender toda la producción fraccionada’. Y bueno, así arrancamos en el 2012/2013, yendo a pequeñas ferias de acá. Al mismo tiempo, yo empecé a elaborar las mieles saborizadas, que ahora estamos promocionando con todos los números, como corresponde. Pero ahí yo ya las hacía caseras, y vendíamos la miel fraccionada de nuestra producción.

¿Qué significa para ustedes haber sido elegidos como la “mejor miel del país”?

Esto de los concursos arrancó en el año 2019, cuando yo me enteré que en Azul, en una de las exposiciones más importantes de la industria, se hacía un concurso nacional. Entonces, mandé una muestra y resultamos ganadores. Bajaron 96 muestras de todo el país y nosotros nos quedamos con el primer puesto en la terna de mieles cristalizadas. Ese fue el puntapié inicial para que nos metiéramos en el tema de los premios, me pareció que era una manera de diferenciarnos del resto y que eso nos daba una pauta de que íbamos por buen camino.
Después vino la pandemia y tanto en 2020 como en 2021 no se hizo ningún concurso hasta que el año pasado se hizo el concurso provincial, donde fuimos elegidos ganadores en la terna de mieles fraccionadas, lo cual le permitió a Maxi viajar a un congreso de apicultores que se realizó en el Chaco y también participar de rondas de negocios internacionales. Aunque todavía no se concretó ningún acuerdo para exportar nuestros productos, Maxi representó a la provincia de Buenos Aires y eso nos dio una gran visibilidad.

Sin embargo, lo más importante de estos concursos es que marcan un precedente y son una especie de garantía, porque cuando te presentas en un concurso, más allá de que seas una cata, también se hacen todos los análisis sobre la miel. Son análisis físico-químicos, donde se indica que la miel no tiene contaminantes, no está cortada y que es de máxima pureza. Entonces, ésta es una manera de tener un certificado de que tu producto cumple con todas las condiciones y que es de buena calidad. Nosotros estamos buscando tener una marca que se diferencie del resto y la diferencia se da a través de los concursos.

“Caminos y Sabores”

La feria gastronómica “Caminos y Sabores” de La Rural consagró a la miel de Kinturray como la mejor de país. Al respecto, María de los Ángeles dijo: “Caminos y Sabores es una de las ferias de gastronomía más importantes así que haber obtenido ese reconocimiento fue muy gratificante. El año pasado también fuimos elegidos como la mejor miel del país en MAPA, la feria de productores de productos y productores agroalimentarios”.

¿Creés que el hecho de que sean una empresa marplatense le agrega un “condimento extra” a este galardón y a los reconocimientos que tuvieron anteriormente?

Sí, absolutamente. Cada vez que alguien nos preguntaba, en “Caminos y Sabores”, de dónde éramos y les respondíamos que de Mar del Plata, le brillaban los ojos. Es una ciudad hermosa, con gente hermosa también. A la feria fuimos varios productores locales y se generó un ambiente muy lindo y unido. Creo que ser de acá es un plus; en Mar del Plata hay mucha producción, mucha gente con ganas de meterle para adelante, de crecer y de diferenciarse. Hay un gran espíritu emprendedor en la ciudad.

Empezaron de a poco en 2013 y hoy llegaron hasta acá, ¿cuáles fueron las mayores satisfacciones que vivieron en estos 10 años?

Las mayores satisfacciones que vivimos en estos 10 años fueron acompañadas de los premios. El primer premio en 2019 fue una alegría inmensa. Yo, a decir verdad, me lo esperaba, le tenía mucha fe a nuestro producto. Lo más lindo de esos eventos también es tener contacto con el público, darle de probar nuestros productos y que te digan que es rico, que les gustó, es muy gratificante.
Arrancamos de a poco y nunca pensamos que íbamos a vender toda la producción fraccionada pero seguimos adelante, paso a paso, firmes, tratando de hacer las cosas bien sin perder la calidad y lo logramos. Después, cuando tuvimos el primer premio a nivel el año pasado, sentimos que íbamos por buen camino; eso nos sorprendió por un lado pero también nos dio impulso, es un mimo al alma para seguir creciendo y metiéndole pilas en un país que lamentablemente está muy complicado. No solo el país, el sector de la apicultura, porque el precio de la miel no subió acorde a la inflación que venimos teniendo.

¿Se imaginaban estar donde están hoy cuando arrancaron? ¿Cuáles son los planes para los próximos años?

Arrancamos cuando éramos nosotros dos solos y hoy tenemos tres hijos y vivimos de esto. La verdad que es una satisfacción poder hacerlo, a pesar de todo. Y el tema de fraccionar la miel es una manera de defender este producto.
Respecto a los planes para los próximos años, no sabría decirte. Apuntamos a poder vender a todo el país, de tener una logística que nos permita distribuir nuestro producto. Y quien te dice, el sueño sería poder exportar nuestra producción, pero fraccionado, no a granel. Nos gustaría que conozcan nuestra miel argentina en otros países.