Hace unas semanas compartíamos la convocatoria de nuestro amigo Carlos Dios y el equipo de Italiatinos al primer encuentro ítalo argentino en el Piamonte. Afortunadamente, ¡fue un éxito! Carlos nos comparte un pormenorizado relato de una jornada inolvidable, “para conocernos y reconocernos”.
La mañana: “Todo estaba por hacerse”
“Arribamos a las 7:30 de la mañana al Agriturismo Cascina Lissona, a unos cuatro kilómetros de la ciudad de Asti, en plena oscuridad y dos grados bajo cero de temperatura. Habíamos pasado por una panadería a retirar las medialunas recién hechas y traíamos desde vajilla hasta elementos para decorar. Todo estaba por hacerse en este encuentro ítalo argentino.
Nuestros invitados comenzaron a llegar alrededor de las diez de la mañana. Si bien habíamos puesto mucho empeño en organizar el encuentro, quedamos asombrados por la amplia disposición con la cual llegaron los participantes, para pasar un día de convivencia e intercambio de experiencias.
Nos presentamos y luego llegó un desayuno de bienvenida con café, té y el infaltable mate circulando de mano en mano, con la oportuna explicación a los invitados italianos acerca de la costumbre de compartir el mate, celebrado por los argentinos asistentes. De igual modo, servimos algunos pasticcinis, medialunas y brioches para degustar.
Nos reunimos fuera y nos distribuimos en el espacio para tomar conciencia de las ciudades de las cuales proveníamos: Asti, Milano, Turin, Genova, Bergamo y Cremona. Así, distribuidos según cada punto cardinal, tomamos conciencia de los casi setecientos kilómetros recorridos para concretar el encuentro.
Empezamos a saludarnos desde el nombre y fuimos avanzando hacia otras áreas de nuestra personalidad. Recreamos una caja fuerte y fuimos moviendo sus engranajes en base a distintas preguntas para ir conociéndonos cada vez un poco más, con el agregado que debíamos hablar, alternativamente, en portugués, italiano y español”.
Mediodía: entre platos típicos y charlas
“Tantas eran las ganas de compartir experiencias que el tiempo se pasó volando y sin darnos cuenta llegó el tiempo de almorzar. En consonancia con el motivo de la invitación, estuvo compuesto por un buffet dispuesto en tres distintas mesadas con productos italianos y latinos: desde pinchos capresse hasta empanadas de carne. Para tomar servimos agua, gaseosas, cerveza y vino.
Cada participante se servía y pasaba a otro ambiente, con ventanales que daban al parque donde una mesa de madera de amplísimas dimensiones que sirvió de marco para continuar las charlas que habían comenzado hace un par de minutos.
Por la tarde, con 18 grados, cuando ya el sol era omnipresente y no se podía ubicar una sola nube en el cielo, salimos a recorrer parte de las ocho hectáreas del predio.”
Tarde: despedida y promesa de volver a encontrarse
“Subimos una cuesta bastante empinada y un miembro del equipo coordinó, en medio de la naturaleza, un momento de reflexión y agradecimiento por el momento, la compañía y las vivencias.
A la vuelta nos recibió el olor a los panqueques, y hubo que improvisar un pequeño curso sobre cómo preparar y saborear este plato tan propio de Argentina. Para rellenar había dulce de leche y Nutella, la clásica pasta de nuez italiana que conquistó los paladares del mundo entero.
Fue una nueva oportunidad para comentar anécdotas, pero en esta oportunidad ya no eran comentarios con quien teníamos al lado sino de una punta a otra de la mesa. Sonia, una artista argentina que vive en Italia hace más de veinte años, nos regaló un poco de su arte y entonó “Mi Buenos Aires querido” con una emoción que contagió a toda la mesa.
Para cerrar el encuentro, alrededor de las 18 h, brindamos con un exquisito Moscato de Asti y nos empezamos a saludar, entre abrazos y besos, prometiéndonos comunicarnos en breve y volvernos a encontrar.
Fue un día dedicado a conocernos y reconocernos entre dos naciones que, a lo largo de la Historia, se han nutrido mutuamente y lo siguen haciendo. Esa fue desde los comienzos la intención de Italiatinos: encontrarnos, compartir historias y construir puentes entre Argentina e Italia.”
Autor foto de portada: Carlos Dios
