Fernando Furundarena tiene 28 años y es Ingeniero Industrial. Además es ciudadano italiano: sus antepasados vivieron en la zona de Campobasso.
Le gustan la historia y experimentar con los últimos avances tecnológicos; además es un enamorado de Mar del Plata, ciudad donde reside. “Considero que vivo en una de las ciudades más lindas del mundo. La geografía del lugar es única, lo tenemos todo: playas, sierras, parques y más”.
En los últimos meses, Fernando dio forma a un proyecto personal en donde conjuga sus pasiones: lo bautizó Argentina Antigua en Color y se propone reconstruir con Inteligencia Artificial los colores y tonalidades de las fotos antiguas de Mar del Plata y Argentina.
Es una propuesta ambiciosa que no sería posible sin el aporte de la tecnología, a la vez que muy valiosa para la identidad cultural local. La pasión de Fernando por la arquitectura lo ha llevado a trabajar con registros fotográficos de antiguas joyas patrimoniales de Mar del Plata, muchas de las cuales lamentablemente han desaparecido.
Poniendo la tecnología al servicio de la historia y la identidad cultural
Conversamos con Fernando Furundarena para conocer más de este interesante proyecto, sus motivaciones y sus próximas metas.
¿Por qué comenzaste con este proyecto de colorear mediante un software fotos viejas de la ciudad y el país?
“La iniciativa ‘Argentina Antigua en Color’ es muy reciente. Lo que no es nuevo para mí es el gusto y el interés que tengo por las imágenes de nuestro país, desde el inicio de la fotografía hasta mediados del siglo XX.
Suelo navegar por portales que afortunadamente guardan recuerdos de aquellas épocas, de la gente con sus vestimentas, de los edificios emblemáticos con su arquitectura europea y de las costumbres sociales en los tiempos de la Belle Époque. Decidí hacer mi aporte a través del uso de la tecnología para revivir las imágenes antiguas en blanco y negro“.
En líneas generales, ¿cómo funciona el software que permite esta aproximación? ¿En qué se basa para determinar los colores y las tonalidades?
“Se trata de un proyecto colaborativo con licencia MIT que utiliza inteligencia artificial para agregar tonalidades de colores a las imágenes.
La plataforma utiliza una base de datos llamada ImageNet que contiene millones de fotografías, a través de las cuales el software realiza comparaciones para poder predecir los colores originales de una foto.
Cuando los resultados no son del todo satisfactorios, utilizo un programa de Software Libre llamado GIMP para los retoques finales“.
¿De dónde obtenés las fotografías que usas? ¿Hay algún requisito técnico que deban tener para que sirvan a los fines del proyecto?
“Hasta el momento vengo utilizando fotos disponibles en el Archivo General de la Nación y del Foro Fotos de Familia de diario La Capital de Mar del Plata.
El principal requisito es que las fotos tengan el foco adecuado y buena nitidez, por lo que hay muchísimas fotos que no podrán colorearse”.
¿Qué opinión tenés sobre el patrimonio arquitectónico local a partir de lo que reconstruís en fotos y lo que es actualmente?
“Afortunadamente aun quedan algunas construcciones protegidas como bienes históricos, pero lamentablemente hemos perdido la mayor parte de nuestro patrimonio arquitectónico y de los espacios públicos que había al comienzo del siglo XX.
Entiendo que no podría haberse conservado todo de aquella época, pero al menos deberíamos tener un centro histórico como la mayoría de las ciudades del mundo. Mar del Plata podría haber crecido alrededor de este casco fundacional y desarrollado otros barrios en lugar de demoler el patrimonio originario y construir encima”.
¿Cuáles son los próximos pasos que te gustaría dar con Argentina Antigua en Color?
“Hay gente que me escribe para contarme historias familiares de muchos años atrás. Me gustaría colorear sus fotos antiguas para ‘despertar’ esos recuerdos y transmitir las vivencias de una época”.
