Mencionada en las revistas de Isidoro Cañones y recordada con cierto dejo de nostalgia por los que hoy tienen entre 50 y 60 años, la “Avenida del Ruido” (Constitución) supo ser el eje de la vida social nocturna de los marplatenses y de los jóvenes que visitaban la ciudad durante las vacaciones.
Con una amplia variedad de discotecas, boites y bares, Constitución acompañó las épocas de esplendor de “La Feliz”, tras el boom inmobiliario que surgió a partir de la década del 40′ cuando la ciudad se instaló definitivamente como el lugar de veraneo de la clase media argentina.
Cómo nació la Avenida del Ruido
Algunos dicen que el nombre surgió cuando abrió “Pancho Fredy”, en 1946. Otros que todo comenzó con “Mocambo” y “Tajamanos”. Lo cierto es que, en su época de esplendor, la Avenida Constitución llegó a tener más de 40 boliches que se repartían desde la costa hasta la Ruta 2.
De arquitectura diversa, algunos con diseños futuristas y otros más clásicos, las llamadas boites fueron furor a partir de los años 60′ con la inauguración de Sunset Strip (luego Sunset). Más tarde llegaron Bossa Nova, Yeye y Kokeche y Zum-Zum, esta última perteneciente al famoso dibujante José Antonio Guillermo Divito.
En aquellas épocas, todos iban vestidos de “elegante sport” y con zapatos. La noche se dividía en dos partes: los lentos hasta la 1 de la mañana y a partir de allí, los temas más movidos, hasta que saliera el sol.
Por aquellos años, era común que las estrellas más rutilantes del jet set argentino (y del exterior también) visitaran las discotecas de onda, en algunos casos invitados por los propios dueños, para hacer prensa (¡los primeros influencers!). Guillermo Vilas, Susana Gimenez, el boxeador Ringo Bonavena y Alberto Olmedo eran solo algunos de los famosos que uno se podía cruzar en la Avenida del Ruido.
Tampoco faltaban los conjuntos musicales del momento, que muchas veces musicalizaban la noche al ritmo de sus últimos hits. La música beat era furor y grupos como Safari, La Joven Guardia y Los Náufragos se daban cita en los locales.
Entonces no existían en Constitución, como ahora, locales de ropa, farmacias, veterinarias o supermercados. Todo era música y diversión.
Los boliches “de onda”
Si hablamos de las discotecas más famosas de las décadas del 70′ y 80′ no podemos dejar de mencionar a Enterprisse, que deslubró a todos con su diseño futurista. Esta boite fue inaugurada en 1969 y los diarios de la época destacaban lo siguiente: “todo se resuelve en un atrayente juego de niveles, que responden a un trazado radial, integrado por dos pistas de baile amparadas por enormes arcos de estructuras en forma concéntrica que, a modo de cúpula, predisponen para disfrutar de un momento agradable”.
Tampoco puede faltar Banana, boliche al que se accedía a un subsuelo a través de un tobogán y que tenía una decoración muy particular, coronada por un jardín que tapizaba el techo del local.
El Castillo fue otra discoteca legendaria de la “Avenida del Ruido”. Como su nombre lo indica, el lugar simulaba en su fachada ser un antiguo castillo pero por dentro contaba con una pista de baile, DJ, barra de tragos y todo para pasar una noche inolvidable. Posteriormente, en la década del 80′ pasó a llamarse Symbiosis hasta su desaparición.
También se destaca Sobremonte, que nació en el verano de 1972 siendo tan solo un pequeño edificio de estilo español en el que no entraban más de 400 personas. Con el paso de los años fue creciendo y en sus últimos años contaba con cinco pistas de baile y capacidad para 4.000 personas.
La nueva Avenida Constitución
Lejos quedaron aquellos años dorados donde todo era música, luces y diversión. Algunos recuerdan con la mirada empañada cuando Mar del Plata cumplió 100 años y todos los boliches sacaron los parlantes a la calle y convirtieron a la avenida en peatonal. Pero esos tiempos quedaron sepultados en el recuerdo de los memoriosos.
Con las crisis de principios de los 90′ y la merma en el número de turistas muchas discotecas cerraron sus puertas. Las pocas que sobrevivieron a esos años tumultuosos no pudieron hacerle frente a la crisis del 2001 ya principios de 2019 cerró Sobremonte, el último bastión de la “Avenida del Ruido”.
Acorde a los nuevos tiempos el lugar dio paso a locales gastronómicos, confiterías y negocios de ropa y moda y el ruido se apagó para siempre.
Hoy es más común ver bares y restós, pero nada se asemeja a aquellas boites que decoraban la extinta Avenida del Ruido. Al igual que sucedió con otros lugares emblemáticos de la ciudad, muchos locales fueron demolidos para construir edificios. Los boliches ahora están en la costa y ya nada es como era antes, pero quedan los recuerdos de aquellas noches mágicas en Mar del Plata que sobrevivirán en la memoria de los que supieron disfrutarlas.
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