Hoy hablar de Clorindo Testa supone mencionar a un genio y uno de los grandes arquitectos y artistas que tuvo nuestro país. Nacido en la provincia de Benevento (Campania, Italia), con sólo un par de meses de vida, Clorindo se mudó a Buenos Aires, junto a su familia. Pero su obra no se circunscribió únicamente a dicha ciudad, sino que el arquitecto dejó su original impronta en diversas provincias de Argentina. Por eso, en esta nota, los invitamos a conocer la huella que dejó Clorindo Testa en Mar del Plata.
¿Quién fue Clorindo Testa?
Nació en Italia, un 10 de diciembre de 1923, por decisión de su padre quien quería que su hijo naciera en su tierra natal. Pocos meses después toda la familia Testa se mudó a Buenos Aires. Desde muy chico, a Clorindo le fascinaron los barcos. Evidencia de ello son sus dibujos y maquetas. Por eso, cuando tuvo que decidir una profesión, no lo dudó y se anotó en la carrera de Ingeniería Naval de la Universidad de la Plata. No obstante, un año después cambió de parecer y comenzó a estudiar Arquitectura en la Universidad de Buenos Aires. Aun cuando haya cambiado de carrera, su pasión por los barcos y por la propia ingeniería no lo abandonó. De esta forma, la vida y obra de Clorindo Testa nos demuestran que la elección de una carrera universitaria no limita el accionar creador de una persona.
Clorindo nació siendo un genio, un artista. La opción de sus estudios sólo le dieron la forma de canalizar sus creaciones. Si bien Testa es conocido, en la actualidad, mayormente por sus producciones arquitectónicas; no podemos olvidarnos de toda su obra pictórica. Luego de graduarse como arquitecto, Clorindo viajó a Italia gracias a una beca otorgada por la UBA. Allí se encontró con Frans Van Riel quien, después de conocer sus pinturas, lo invitó a exponer en su galería en Buenos Aires. Del mismo modo que los edificios de Clorindo demuestran conocimientos de ingeniería por parte su autor; vemos en sus creaciones arquitectónicas y pictóricas mutuas influencias. ¿Es un artista arquitecto o un arquitecto artista? Esta pregunta casi shakesperiana no nos lleva a ningún lado. La esencia de Clorindo Testa no puede embotellarse en una sola expresión artística ni en un único estilo.
Un genio artista, arquitecto y también urbanista
Gracias a sus conocimientos arquitectónicos, Clorindo Testa fue un gran urbanista. Muchas de sus construcciones, por no decir todas, demuestran una gran visión, una seria planificación del espacio y una proyección atenta. Tal vez éste sea el mayor desafío al cual se enfrenta un artista moderno al trabajar en el medio urbano, que sus creaciones encajen con el hábitat de la ciudad, pero al mismo tiempo se diferencien de él. De este modo, pueden captar la mirada del transeúnte que pasa distraído. Y podemos decir que más allá del estilo original y, a veces, chocante de Clorindo, las edificaciones no desentonan con su espacio y contexto circundante. Da la sensación de que siempre estuvieron ahí. Ésto sólo puede ser obra de un genio creador. Tal es el caso del gran trabajo que realizó Testa en el Balneario La Perla para fines de la década de los ‘80.
El Balneario La Perla
Luego de la vuelta de la democracia, en 1983, el entonces intendente Ángel Roig impulsó algunos proyectos para la ciudad de Mar del Plata. Entre ellos, se encontraba la construcción de una serie de balnearios en las playas de La Perla. De este modo, en 1985, la Municipalidad de General Pueyrredón organizó un concurso nacional. La propuesta debía ser superadora y única. La condición era que los concursantes propusieran una construcción que reemplazara los balnearios que ya existían y que mostraban, entre sí, estilos desparejos.
Los arquitectos Juan Genoud, Osvaldo Álvarez Roja y Clorindo Testa consiguieron el Primer Premio: su proyecto para la intervención urbana había ganado. Sabemos que durante esos años, la economía del país estaba atravesando momentos difíciles. Se estaba recuperando de las deudas dejadas por los anteriores gobiernos militares. De todos modos, contra viento, inflación y marea, el Balneario La Perla fue inaugurado, finalmente, en 1989. Se trata de una construcción macro que une cinco balnearios dispuestos sobre la costa.
Un genio en movimiento
Al igual que otras intervenciones de Clorindo Testa, esta propuesta aprovecha el paisaje natural de la barranca marplatense. Y de esta forma, une en un solo escenario, la playa y la ciudad. En las distintas partes del gran Balneario, la calle (característica por excelencia de lo urbano) se transforma en escaleras, miradores, terrazas o rampas que miran directamente al mar. Permitiendo, así, una vista profunda y panorámica de todo el espectáculo marítimo. Asimismo, cada nivel intercala vegetación propia del ambiente y el acantilado característico de la escena marplatense. De este modo, el espacio que debía separar ambos mundos se vuelve un lugar de encuentro: ¿el hombre mira al mar o es el mar quien mira al hombre? El transeúnte no puede distinguir en qué punto finaliza la urbe para dar comienzo a la naturaleza. El límite entre uno y otro se vuelve difuso y las fronteras, tradicionalmente antagónicas, se mezclan.
Su última época: el edificio Acuarela
El edificio Acuarela fue planificado y construido en el año 2011, por Clorindo Testa en conjunto con el estudio Mariani-Pérez Maraviglia. ¿Dónde lo podemos encontrar? Está ubicado en Boulevard Marítimo y Bernardo de Irigoyen, frente a la Playa Varese. Tal vez al lector le resulte extraño el nombre elegido para tal edificación. Su título se debe a los variados colores, casi como una paleta de pintor, que decoran las paredes externas y, principalmente, la planta baja. Asimismo, otra particularidad del edificio son sus balcones que sobresalen de la fachada hacia la esquina y hacia el mar. Al igual que sucede con el Balneario la Perla, éstos se transforman en verdaderos miradores desde donde se puede apreciar la ciudad y la costa.
PhotoCredit: Facebook Turismo Mar del Plata
Si hablamos de su fachada, observamos que -a diferencia de otras construcciones de Clorindo donde prevalecen el hormigón a la vista- ésta está cubierta por ladrillo. Sus ventanas de formas geométricas diversas completan el cuadro, demostrando que dentro del propio caos puede haber simetría. Por último, notamos que llegada su última etapa, Clorindo dejó salir parte de su pasión juvenil, aquella que lo impulsó a inscribirse, en sus inicios, a Ingeniería Naval. Si miramos atentamente la forma del edificio Acuarela, el color celeste que se combina con el rojo de los ladrillos y el tanque de agua, veremos vestigios de un barco.
Clorindo Testa: un genio de todos los tiempos
Si la construcción del Balneario La Perla pertenecía a una etapa intermedia de la obra artística y arquitectónica de Clorindo, el edificio Acuarela corresponde a una de las últimas. Mar del Plata tiene la fortuna de poseer dos improntas del mismo artista en distintas épocas de su vida profesional. Tal vez un turista o caminante distraído vea ambas construcciones y no perciba que pertenecen a la misma mano creadora. A lo largo de su vida, Clorindo dialogó con diversos estilos sin atarse a ninguno. Cada una de sus obras tiene una particularidad que la vuelve única porque fueron concebidas desde la individualidad y dentro de un contexto. Gracias a su genio creador, las construcciones de Clorindo parecen siempre modernas e innovadoras. Éste es el gran legado que dejó en Mar del Plata, su verdadero autógrafo.
PhotoCredit de Portada: Bruno Serassio
