¿Quién no probó alguna vez uno de los alfajores Havanna? Reconocidos como uno de los alfajores más ricos del país, hoy forman parte de una familia de productos insignia. La empresa nació en 1948 en Mar del Plata y en la actualidad es una empresa líder con negocios en todo el país y en el exterior. ¡Conocé su rica historia!
Historia de “una simple tienda de alfajores”
“Tardamos 6 meses en encontrar la fórmula perfecta. Y cuando lo logramos, nos abrazamos, cantamos y celebramos”, contó una vez Benjamín Sisterna, uno de los fundadores de la marca, en una entrevista. En esa frase se resumen más de 60 años de trabajo. Una empresa que nació fruto del esfuerzo, la constancia y la creatividad de tres personas.
Para hablar de los orígenes de los Alfajores Havanna, primero hay que contar la historia de cada uno de sus fundadores: Demetrio Elíades, Benjamín Sisterna y Luis Sbaraglini.
Demetrio Elíades llegó al país y, en un viaje a Mar del Plata, se enamoró de la ciudad y decidió radicarse allí. Su primer trabajo fue como vendedor ambulante y, tras juntar unos pesos, abrió una confitería a la que bautizó “Havanna”, en homenaje a la capital Cubana.
Benjamín Sisterna nació en Santa Fe y aprendió el oficio de la pastelería desde muy chico. De adolescente llegó a Buenos Aires y se incorporó al staff de la famosa confitería Los Dos Chinos. Fue allí donde conoció a Luis Sbaraglini con quien se asoció para crear los “Alfajores Santa Mónica”, génesis de los Havanna.
Al poco tiempo ambos socios fundaron la fábrica de alfajores “Gran Casino” con una innovadora fórmula que los ayudó a crecer y a vender sus productos en distintos puntos de la capital.
La popularidad y sabor de estos novedosos alfajores llegó hasta Mar del Plata y, en un viaje hacia “La Feliz, Sbaraglini y Sisterna se encontraron con Elíades, quien les propuso asociarse.
Finalmente un 6 de enero de 1948, Havanna abrió su fábrica y salón de ventas, con elaboración a la vista. Las ventas superaron ampliamente las expectativas y nació la leyenda.
“No olvide llevar alfajores Havanna”
Como los Lobos Marinos, el puerto y el Casino, rápidamente los alfajores Havanna se volvieron parte del ADN de “La Feliz”. Solo se conseguían en la ciudad costera y, atraídos por ese sabor irresistible, los veraneantes adquirían cajas de alfajores para llevarle a sus familiares.
De la mano del boom inmobiliario y la nueva camada de turistas de clase media, la marca fue creciendo e innovando con la creación de nuevos productos. Así nacieron las galletitas de limón, los conitos de dulce de leche y otros sabores de alfajores.
El 15 de enero de 1958, 10 años después de su fundación, la empresa inauguró su nueva fábrica, ubicada en la calle Patricio Peralta Ramos Nº 387, y donde permanece hasta el día de hoy. Más grande, con tecnología moderna y un staff de 200 personas (que aumentaba en verano), se transformó en un modelo ejemplar de negocios.
Para ese entonces, la marca ya poseía 8 locales, todos en Mar del Plata, y era sponsor de diversas actividades en la ciudad. El slogan “¿Se va hoy? ¿Se va mañana? No olvide llevar alfajores Havanna” se veía en todos lados y nadie podía evitar sucumbir a la pasión que generaba la golosina.
De Mar del Plata al mundo
Entre 1947 y 1994, la marca se expandió y llegó a contar con 50 sucursales. La competencia se fue acrecentando en esos años, pero Havanna seguía liderando el mercado gracias a sus exquisitos productos, todos ellos fabricados en Mar del Plata.
Sin embargo, las crisis del país afectaron a la empresa, que en 1998 producía 5,5 millones de docenas de alfajores por año en sus dos fábricas en Mar del Plata pero que tenía algunos problemas financieros. Finalmente ese año la compañía local Exxcel Group compró la compañía por aproximadamente US$ 85 millones.
A partir de ese año, nació el concepto “Cafetería Havanna” cuyo objetivo era transformar a la empresa en un negocio de alcance nacional. Así fueron apareciendo en distintos puntos del país, confiterías que vendían los productos. Ya no hacía falta viajar a Mar del Plata para probar sus deliciosos alfajores.
En 2003 y nuevamente afectada por deudas, la empresa fue vendida y adquirida por el “Grupo DyG” que profundizó la expansión, esta vez a nivel internacional. Así, la marca saltó al exterior y aparecieron locales en países como Paraguay, Chile, Brasil, España y Suiza, entre otros. Además, ese mismo año Havanna compró la fábrica de chocolates Fenoglio, en Bariloche.
Alfajores Havanna sínonimo de innovación y calidad
En la actualidad, la marca Havanna se ha transformado en todo un símbolo, no solo de Mar del Plata, sino del país. Sus cafeterías, con productos frescos e innovadores, compiten con las grandes marcas internacionales (Starbucks por ejemplo) y siguen apareciendo nuevas invenciones, como el alfajor 70% Cacao Puro que fue un éxito inmediato.
Mucho tiempo pasó desde aquellos humildes comienzos pero sin dudas, Eliades, Sisterna y Sbaraglini deben estar orgullosos de cómo creció su fábrica de alfajores y hoy es un emblema nacional.
