Cuando inició la cuarentena por el coronavirus en la ciudad, el Museo del Hombre del Puerto Cleto Ciocchini debió cerrar sus puertas. Hoy, necesita la ayuda de la comunidad para seguir funcionando.
En el mes de marzo cuando la realidad de todos se vio alterada por el CO-VID 19, el sector cultural quedó paralizado. Y el tradicional Museo del Hombre del Puerto debió cerrar sus puertas. Eso significó dejar de percibir los ingresos que mantienen en funcionamiento el lugar.
El museo no recibe subsidio alguno, sólo se mantiene con la realización de eventos, con el aporte de los socios y con el valor de la entrada por las visitas guiadas.
Conversando con Héctor Becerini, Director del Museo, descubrimos que el hecho de que no reciban subsidios, fue una decisión pensada desde el inicio. Con la convicción de poder difundir sin ataduras la identidad del barrio del puerto y su gente. El próximo 22 de noviembre el Museo del Hombre del Puerto Cleto Ciocchini, cumplirá 30 años.
Se instalaron en la actual sede en el año 2003. Lugar en el que uno siente que debe permanecer por estar ubicado en el corazón en donde todo inició. El Centro Comercial del Puerto- local 8, allí donde la inmigración de italianos eligió trabajar y plasmar su modo de vida a través de los años.
Sobre el museo
Hoy queremos hacerte llegar el pedido solidario de quienes forman parte de él. Y también te invitamos a leer, una nota que publicamos tiempo atrás, sobre quien fue Cleto Ciocchini y su obra.
El museo recibe sus ingresos principales con la entrada del público en general que lo recorre, también realizan visitas guiadas con instituciones educativas y brindan el servicio de biblioteca a través de consultas sobre la inmigración, documentación histórica, objetos cotidianos y testimonios que aportan a la identidad.
Tiempo atrás antropólogos, sociólogos y colaboradores que, “por amor a sus raíces o por ayudar al barrio del Puerto”, comenzaron a dar forma a lo que 30 años después sigue en pie como un centro cultural que cuenta y reconstruye un patrimonio intangible, el de conocerse a uno mismo.
Las únicas actividades que hoy están habilitadas son las de consulta virtual de las investigaciones que atesora el museo. Su única fuente de ingresos se vio cancelada y a puertas cerradas, no alcanzan a pagar los impuestos y servicios mínimos.
El guardián del museo
Héctor Becerini se inició en este proyecto como agradecimiento a la colectividad italiana que lo había ayudado comprando sus cuadros para que pudiese viajar a Venecia a estudiar pintura. A su vuelta en el año 1986, se puso al frente de proyecto para devolverle al barrio del puerto lo que las personas habían hecho por él. Le gusta denominarlo como “un Museo de la comunidad”, ya que rescata la memoria de los inmigrantes que no tenían nada y debieron ser creativos. Siendo la pesca un elemento de subsistencia.
La inmigración en sus propias palabras
“Siento que el museo me reeducó. Cuando me metí en esto era para dar una mano al puerto. Y a lo largo del tiempo noté una falta de conocimiento sobre quienes somos nosotros mismos. Hay que bucear la cultura, ya que eso, es lo que somos. Cuando venía alguien a contarnos sobre su experiencia inmigratoria, lo escuchábamos y así nos encontrábamos a nosotros mismos. Eso es lo que queremos que el visitante se lleve de su paso por el museo.
Casi todos tenemos un ancestro italiano o español y ese es el punto de partida de la cultura, lo que se hereda y nos forma. El museo es mi lugar en el mundo, tuve la posibilidad de volver a Europa para pintar, pero decidí quedarme acá y seguir pintando”.
Cómo colaborar
Haciéndose socios del museo pueden ayudar mensualmente con $150 o con lo que puedan aportar. El teléfono de contacto es 155- 5069628 o ingresan al facebook: Museo del Hombre del Puerto “Cleto Ciocchini” Comisión Amigos.
Cuando la pandemia termine, se abrirán las puertas del museo cumpliendo con todos los protocolos para seguir difundiendo la identidad del hombre de mar.
