Desde el lunes 3 de julio, una de las plazas más icónicas de la ciudad tiene un nuevo nombre. En realidad, se trata de una reimposición, dado que la ordenanza municipal del año 2003 ya preveía la denominación, pero recién ahora se oficializó. Así es que el espacio popularmente conocido como Plaza del Agua pasa a llamarse Cardenal Eduardo Pironio.
Historia de la Plaza del Agua
Ubicada en el corazón del paseo comercial de calle Güemes, se trata de una manzana que combina espacios verdes con una parte de plaza seca. También cuenta con un anfiteatro y un edificio que funciona como centro cultural. Es habitual ver familias enteras disfrutando de la plaza durante todo el año, pero en la temporada de verano la Plaza del Agua goza de un pico de visitas y popularidad. En sus instalaciones se realizan ferias, fiestas y festivales al aire libre y todo tipo de espectáculos infantiles, presentaciones musicales, etcétera.
El predio está íntimamente ligado a los primeros pozos de agua en Mar del Plata, realizados y gestionados por Obras Sanitarias de la Nación. En 1914 se estableció una usina generadora de energía en la actual esquina de Güemes y San Lorenzo. Su propósito era suministrar energía eléctrica a las estaciones elevadoras de agua y desagües cloacales. Fue fundamental para el desarrollo y crecimiento de la ciudad y también proveyó de energía eléctrica al tranvía.
Andrea y Vicky, guías de turismo y grandes conocedoras de la historia de Mar del Plata, cuentan que “en la manzana funcionaban talleres generales de automotores e instalaciones electromecánicas, oficinas administrativas, depósito principal de materiales y casas de encargados y jefes de distrito”. Es fácil imaginar el bullicio y la vitalidad alrededor de la plaza, que se mantiene hasta hoy.
Eduardo Pironio: segundo obispo de Mar del Plata y siervo de Dios
Este cardenal argentino dejó una huella imborrable en la historia de la Iglesia argentina, particularmente en la Diócesis de Mar del Plata. Fue el segundo obispo que tuvo la ciudad entre 1972 y 1975, y se lo recuerda por haber acercado la doctrina católica a la ciudadanía con sus modos simples y profundos. Por el mismo motivo y en el contexto de tiempos políticamente revueltos en el país, también fue explícitamente resistido.
Hijo de italianos, Pironio fue el último de los veintiún hijos del matrimonio, y siempre recordaba la acción de Dios en esa proeza. Es que luego de tener a su primer hijo a los 18 años, su madre pasó muchos meses en la cama y con un diagnóstico médico que concluía que no podría tener más hijos.
Un legado importante de Pironio que aún puede verse y disfrutarse en la ciudad es la Marcha de la Esperanza, de la que fue creador y promotor. Se trata de una peregrinación popular que se celebra en diciembre, coincidiendo con la festividad de la Inmaculada Concepción de la Virgen, y que recorre unos 10 kilómetros desde la Gruta de Lourdes ubicada en el Puerto hasta la Iglesia Catedral.
Ya instalado en el Vaticano después de su paso por Mar del Plata, Pironio propuso instituir la Jornada Mundial de la Juventud que aún se realiza y congrega a millones de jóvenes fieles en cada edición.
El cardenal argentino fue recientemente consagrado beato, por un milagro ocurrido en la salud de un bebé oriundo de Mar del Plata gracias a su intercesión. Sin dudas, Pironio fue un personaje inolvidable que dejó una profunda huella en Mar del Plata. Desde ahora, tenemos una plaza emblemática que lo recuerda especialmente.
Autor foto de portada: Facebook Diócesis de Mar del Plata
