En plena era digital y de entretenimientos hipertecnologizados, cobra cada vez mayor relevancia en todo el mundo una modalidad de esparcimiento experimental. Sus pilares son el trabajo el equipo, el pensamiento lateral y la interacción con objetos físicos: bienvenidos al mundo de las salas de escape.
Las salas de escape, juegos hechos de pura realidad (no aumentada)
Así como muchos juegos de moda nacen en Occidente para luego volverse tendencias mundiales, en este caso se trata de dinámicas popularizadas en Asia hace poco más de una década y luego lanzadas for export.
Las primeras salas de escape nacieron por el 2007 en Japón, se volvieron masivas en países como Singapur y recién después llegaron a Estados Unidos y Europa. Hoy todas las grandes ciudades del mundo cuentan con espacios acondicionados para estas prácticas.
¿De qué se trata? De habitaciones, espacios cerrados e incluso casas enteras, tematizadas y llenas de pistas e indicios para resolver enigmas y misterios. Se juega en grupos de entre 2 y 10 personas de acuerdo la dificultad y la temática de la sala. Al ingresar tienen 60 minutos para superar los desafíos que la habitación presente; si lo logran se proclaman “ganadores” y pueden egresar de la sala. Hasta entonces permanecen encerrados, observados y escuchados por los organizadores que guían sus pasos, velan por su seguridad y controlan que en el afán de reconocer pistas, los participantes no afecten los distintos elementos que componen la sala.
Escape Rooms, el fenómeno del entretenimiento que también llegó a Mar del Plata
Cuando todo parece estar inventado, la propuesta de los escape rooms es simple a la vez que estimulante. Se trata de un mix entre juegos de rol y de inmersión que recuerdan a las famosas novelas “Elige tu propia aventura”. Y es que durante una hora, los participantes perderán todo tipo de contacto y referencia con el mundo exterior. Quizá sea lo más parecido a protagonizar una película de misterio.
Frente a la virtualidad, la individualización y la “exaltación del yo” que proponen otros mecanismos de esparcimiento actuales (por caso, las redes sociales), las salas de escape fomentan destrezas y competencias muy valoradas en el mundo laboral, académico e incluso personal.
Es por esto que resultan un entretenimiento ideal para equipos de trabajo, grupos de amigos, familias enteras y compañeros de clase. Durante el juego deben combinar sus personalidades y fortalezas en pos de resolver el gran misterio. En muchos casos se encontrarán desempeñando roles involuntarios o desconocidos para ellos.
Las salas de escape son aprovechadas por docentes, coaches y especialistas en Recursos Humanos para afianzar conductas, dinámicas de trabajo y conocimientos a través de una actividad lúdica y 100% vivencial.
Escape rooms en Mar del Plata
Afortunadamente, Mar del Plata cuenta con dos espacios con diferentes salas de escape a las que cada vez concurren más grupos para desafiarse y divertirse.
Lógicamente funciona en una antigua casona ubicada en el tradicional barrio de La Perla. Actualmente cuenta con tres salas con distintos niveles de dificultad: Black & White, Hotel Overlook (basada en la película “El Resplandor”) y Emily Rose (personaje del film “El exorcista”). Antes de ingresar a la sala, los participantes pasan por un proceso de inducción a través de un video; luego se les explican los distintos elementos y candados que podrán encontrar, además de una breve reseña de la sala. De ahí en más, todos sus esfuerzos se centrarán en encontrar la salida.
El otro complejo de salas de escape que funciona en Mar del Plata es Espíritu Fugitivo. Posee cinco salas con temáticas diversas: desde el robo de un banco, pasando por un hospital psiquiátrico, una sala que recrea pasajes de la película “El juego del miedo” y más. La cantidad de jugadores, la experiencia previa con otras salas y la afinidad por una u otra temática suelen determinar el misterio a desentrañar.
No importa qué situación o ambiente recreen, las salas de escape son una excelente alternativa para pasar un buen rato entre amigos, pensar “fuera de la caja” y construir una aventura propia.
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