50º aniversario del Fogolâr Furlán de Mar del Plata

Hablamos con Gladys Tuppin, presidenta del Fogolâr Furlán de Mar del Plata que el 10 de junio celebró el 50º aniversario de su fundación.

La historia del Fogolar

La mayoría de las sociedades italianas de Mar del Plata nacieron en el afan de aquellos inmigrantes que habían dejado su país de mantener sus costumbres y compartir junto a otros paisanos. La historia del Fogolâr Furlán Mar del Plata no escapa demasiado de ese objetivo primario.
Esta institución fue fundada el 10 de junio de 1972, con mucha paciencia y dedicación. Por aquellos años, los primeros inmigrantes provenientes del Friuli comenzaron a reunirse y en medio de esas reuniones surgió la idea de conformar una sociedad. Para ello, fueron recorriendo los barrios, casa por casa para dar con otros friulianos y así poco a poco se fue armando un grupo importante. De aquellos años fundacionales se destaca la figura de Luis Cisilino, un friulano que tenía una labor muy particular y única en la ciudad: se encargaba de afilar los instrumentos quirúrgicos que se utilizaban en las clínicas y hospitales de la ciudad. Fruto de ese trabajo, Luis conocía a mucha gente y por eso fue uno de los grandes impulsores del Fogolâr.

El mencionado 10 de junio, ya con un nutrido número de friulanos reunidos, se llevó a cabo un encuentro en el Centro Italiano di Mar del Plata bajo el lema “Par cognosisi” [Para conocernos]. Fue allí donde se conformó la primera comisión directiva de la flamante sociedad. Sergio Caselli fue elegido presidente y Antonio Battistutta vice. Como secretarios fueron nombrados Marino Boscarol y Ettore Persello. Luis se convirtió en el tesorero de la unión y Jacques Battistutta en el vice-tesorero.
De la reunión también participaron Serena Toniut, Ninfa Toppano, Onilde Beltrame, Pedro Candusso (que aún vive y con 95 años sigue vinculado al Fogolâr), Leonardo Zuch, Pio Schiavo, Derna Toppano, Eugenio Tuppin, Elisa Di Bernardo y Mariangela Beltrame. Todos ellos se encargaron de encontrar a otros friulanos que vivían en la zona de Mar del Plata para conformar el llamado Fogolâr Furlán. Gladys Tuppin, la actual presidenta nos contó cómo fue creciendo la sociedad y cómo celebraron su 50º aniversario.

¿Cómo fueron aquellos años iniciales?

De mucho trabajo. Hoy seguimos adelante los hijos y nietos de aquel primer grupo de italianos que tuvieron la fuerza y el ímpetu para construir este tipo de instituciones que a veces se transforman en elefantes blancos por el costo y la demanda de tiempo que requieren. Quizás a nosotros nos cuesta más desde lo económico mantener al Fogolâr Furlán de lo que a ellos les costó fundarlo porque eran muchos más y estaban muy unidos. Lamentablemente los tiempos cambiaron y ya no es lo mismo que hace 45, 50 años atrás, pero acá seguimos adelante con mucho orgullo.

¿Cómo está el Fogolar hoy?

Nuestra institución cuenta con 3 salones, uno con capacidad para casi 200 personas, que es el más grande y es donde celebramos el 50º aniversario. Ese salón también es conocido como “el salón de las artes” porque hacemos muestras de arte, una de las actividades principales que realizamos además de las fiestas típicas y la Festa del Musèt o cotechino friulano, en conjunto con la Settimana della Friulanita.
Después tenemos, en la plata alta, un salón más chico, para 80 personas, que usamos como espacio teatral; allí también llevamos a cabo exposiciones, presentaciones de libros, etc. Por último, está el salón de adelante que es uno de los más lindos ya que está decorado con mosaicos de venecita, hechos por un italiano donde se pueden observar los castillos de las cuatro provincias que conformaban el Friuli (Gorizia, Pordenone, Trieste y Údine).

¿Cómo fueron los festejos del 50º aniversario?

Fueron muy lindos, llenos de recuerdos, emociones, gratitud. Participaron descendientes de los fundadores y compañeros de otros fogolares del país. Vino gente de Colonia Carosa, Córdoba; de Santa Fe, de Tandil, de Buenos Aires, La Plata, Villa Gesell. Éramos 8 fogolares.
El viernes 10 se hizo el acto protocolar en donde tuvimos el placer de que uno de los fogolares nos mandara el himno en friulano así que por primera vez se entonó en nuestra institución, después de los himnos argentino e italiano. De ese evento participaron también las autoridades municipales, el presidente del COMITES, el presidente de las sociedades italianas de Mar del Plata. También estuvo el Consul y se sumaron algunas asociaciones vecinales y amigos.
Ese día también se llevó a cabo un evento artístico con la participación del grupo de baile de la institución, Sache Buracche [Saco con Agujeros] y posteriormente disfrutamos de un ágape al mejor estilo friulano con polenta, focaccia, salame frito en vinagres, todo acompañado de un buen vino.

Ese mismo viernes a la noche recibimos a las delegaciones con una cena informal. El sábado les hicimos un city tour a aquellos que no conocían la ciudad. Al mediodía fuimos a almorzar a una marisquería en el puerto y a la tarde volvimos al Fogolâr para realizar algo muy característico de nosotros; con todos los fogolares de Argentina tenemos una estructura que se denomina Unión Fogolares y que edita un periódico llamado Vite Argjentine [Vidas Argentinas]. Esta revista sigue justamente la vida de las instituciones friulanas en nuestro país y destaca sus actividades y hechos más importantes. El mismo se sostiene con una subvención del Ente Friuli Nel Mondo que nos nuclea. Este ente fue el estimulador de la formación de este tipo de instituciones hace 70 u 80 años atrás.
A raíz del 50º aniversario de nuestra unión, se presentó en sociedad el último número de Vite Argjentine ya que el mismo se realiza siempre en una institución que cumple un aniversario terminado en 5 o en 0, como fue nuestro caso.

Pero los festejos no terminaron ahí

No, ese mismo sábado hubo un encuentro de baile del que participaron los italianos de Tandil, nuestro grupo Sacche Buccare y el grupo de baile de Colonia Caroya Alegrîe, que tiene 41 años y muchísimos integrantes. Fue un gran honor haber contado con ellos para deleitarnos con sus danzas.
El domingo fue la fiesta central, con todo lo que eso implica: agradecimientos, menciones, descubrimiento de placas. También sorteamos viajes y hubo un exquisito menú realizado por nuestros maestros chefs, integrantes de la comisión directiva. Esto es importante destacar, porque originalmente habíamos pensado en tercerizar todo lo que era la preparación pero el tiempo pasó muy rápido y llegamos a marzo y recién ahí comenzamos con los preparativos a todo pulmón, y cuando fue el momento de armar el menú, los cocineros dijeron “si siempre cocinamos nosotros, ¿cómo no lo vamos a hacer también en el 50º aniversario de la institución?”. La verdad que salió todo muy lindo.

Una vida ligada al Friuli

Si bien Gladys es la actual presidenta del Fogolâr Furlán, su vida siempre estuvo ligada a la institución. Ella tenía 11 años cuando la misma se fundó y transcurrió allí su infancia, su adolescencia y su juventud. “Cuando empecé a trabajar di un paso al costado aunque siempre iba a la sreuniones y las fiestas. Recién volví de manera más activa cunado mis padres envejecieron y acá estoy. Para mí es un honor, un orgullo”, explica.

Los padres de Gladys eran del Friuli los dos. Su papá había llegó a Argentina en el 48, después de haber peleado en la Segunda Guerra Mundial, y se fue para Mar del Plata, donde ya vivía una tía. “En aquellos años, para poder emigrar necesitabas una carta de alguien del país elegido; mi papá mandó una carta a Francia y otra a Argentina, y llegó primero la de acá así que se vino”, cuenta.
Su madre mientras tanto se quedó allá un tiempo más ya que la habían mandado al noviciado porque tenía una tía monja pero no aguantó mucho. “Papá se casó acá en una iglesia italiana que estaba en el puerto y mi mamá allá. Un año después se vino a esta ciudad. Acá compraron un terreno en Parque Luro, y como no podía ser de otra manera, en la calle Italia”, agrega.

¿Pensabas que alguna vez ibas a convertirte en presidenta de la institución?

No, nunca fue una aspiración. De hecho, lo veía como algo muy lejano y poco probable, pero mi marido me ayudó a tomar la decisión y así fue que asumí en febrero de 2021. Creo que también jugó un rol importante mi pasión con el Friuli, ya que hablo el friulano, tengo un gran afecto por el Fogolâr y conozco toda la historia. Atesoro incontables recuerdos y pasé por todas las instancias y ciclos por los cuales pasan este tipo de uniones. Hubo momentos de mayor alegría y otros no tanto, viajes, congresos, becas, cursos, bailes, etc. La experiencia ayuda.

¿Cuál fue tu camino recorrido en el Fogolâr?

Cuando era joven fui secretaria. También estuve a cargo de la tesorería, formé parte de la comisión juvenil, después pasé a la comisión de adultos donde uno tenía que sentarse y escuchar a los grandes. Cuando volví me sumé como vocal y luego pasé a ser secretaria durante los cuatro años de gestión de Pablo Della Savia. Durante su gestión reformamos mucho la institución, encaramos un proyecto grande para reformar el salón grande, cambiamos la vereda. Fue una obra que salió US$50.000 y para la que pusimos plata todos a modo de préstamo. Desde que asumí, me estoy ocupando de ir pagando esa deuda y, a pesar de los vaivenes de la economía nacional, de a poco vamos cumpliendo.

¿Cuáles son los momentos que más recordás?

Siempre fui muy feliz en esta institución. Uno pone todo acá, lo bueno ylo malo. Momentos felices hay innumerables. El festejo del 50º aniversario sin dudas fue un momento muy feliz; en lo personal, de logros ancestrales cumplidos, y en lo institucional un momento precioso.
Ahora se me viene a la mente el aniversario número 45, también el de los 25. Recuerdo el congreso que se realizó en 1975, cuando el Fogolâr Furlán tenía apenas tres años. La Settimana della Friulanita que se lleva a cabo siempre, o casi, porque a raíz de la pandemia en 2020 y 2021 no se pudo realizar.

¿Cuáles son los planes a futuro de la institución?

Por la característica del pueblo friulano, somos luchadores y trabajadores así que proyectos siempre sobran. Hay algunos que son a corto plazo, otros a mediano y también a largo plazo. Un proyecto grande que tenemos es el de arreglar el techo del lugar; por suerte hace poco recibimos dinero del Ente Friuli Nel Mondo así que eso nos va a venir bien para embellecer el edificio.
En agosto llega la mencionada Settimana della Friulanita que este año estará atravesada por el festejo de nuestros 50 años. La misma empieza con el día de la Pacha Mama y culmina el domingo siguiente con la Festa del Codegil, elaborado artesanalmente por nosotros.
En noviembre tendremos una muestra de arte, donde expondrán artistas locales, una actividad muy linda porque recibimos a otro tipo de público y se les da lugar a los artstas que no son de origen estrictamente italiano.
También tenemos pensado ir a la Fiesta de la Polenta que organiza el Fogolâr de Santa Fe y el año que viene esperamos poder realizar un tour por el Friuli. Después, por supuesto, están los talleres que nos dan el ingreso económico y que son muy variados. Hay de tango, zumba, de yoga, de danzas típicas de Italia, de idioma y el alquiler de los salones es lo que nos permite continuar subsistiendo.