El satélite marplatense, un sueño que se hace realidad

Innova Space nació por un proyecto de Alejandro Cordero, un profesor que propuso a sus estudiantes de la Escuela Técnica N° 5 de Mar del Plata desarrollar un pequeño satélite. Luego de un largo proceso, antes de fin de año su proyecto estará en órbita.
Estrictamente, se trata de un picosatélite, debido a que su tamaño es muy pequeño (puede sostenerse con una mano). Sus medidas son de 10x5x5 centímetros y pesa menos de 500 gramos. Esto hace que sea extremadamente barato y que pueda ser ideado con recursos modestos.
El objetivo de Innova Space es diseñar la primera arquitectura satelital IoT (Internet de las cosas) de Sudamérica y América Latina de bajo costo y alto impacto, con el fin de dar acceso a la comunicación en áreas sin cobertura, especialmente para aplicaciones agrícolas.
Como explicamos previamente, el satélite marplatense incluirá el nombre de la ciudad: MDQubeSAT-1. Este proyecto nació en un aula, con los estudiantes de la Escuela Técnica N°5. A partir de allí, el profesor creó la empresa para llevar adelante el proyecto con dos de sus alumnos. Pero debieron conseguir el respaldo económico y técnico para hacer realidad su sueño.

El satélite marplantese consigue apoyos

Pero a pesar de su bajo coste, unos 25.000 dólares, claramente un satélite no es un proyecto barato. Ni técnicamente sencillo. Por eso, buscaron llamar la atención e incluso fueron a concursos televisivos para intentar recaudar el dinero que necesitaban. Pero todo cambió cuando Maximiliano González Kunz, CEO de Neutrón, una aceleradora de proyectos tecnológicos, se acercó a ellos.
Con ellos obtuvieron, por un lado, dos aportes económicos significativos, gracias a premios del Gobierno nacional. Por una parte, ganaron primer premio de Innovación del Ministerio de Educación. Y también accedieron al financiamiento de un ANR (Aporte No Reembolsable) del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, por $14.500.000. Además, lograron incorporar al equipo a técnico y personal especializado. Incluso fueron recibidos por el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.

Además, el área de Energía Solar de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) participó de la iniciativa, con asistencia para incorporar los paneles que alimentarán los equipos electrónicos del picosatélite. La relación entre el organismo y la empresa podría ser de largo alcance si consiguen, como esperan, lanzar muchos más de estos equipos.
Con estos apoyos ya lograron un hito en la actividad aeroespacial argentina: el primer vuelo suborbital con un cohete de desarrollo y fabricación nacional. El prototipo del satélite marplatense voló en el AVENTURA I-e2, de la empresa TLON, logró transmitir información durante 5 horas y aterrizó gracias a un pequeño paracaídas.

El lanzamiento, de la mano de Elon Musk

Pero lo que más entusiasma a Cordero y a sus ex alumnos es que antes de fin de año el MDQubeSAT-1 estaría en órbita. Algo que, cuando el profesor lo propuso a Luca Uriarte e Iván Mellina, que hoy tiene 20 años, parecía un sueño está por hacerse realidad.
En octubre el satélite será testeado en Escocia por la empresa Alba Orbital, que es parte de la compañía Space X, de Elon Musk, una pionera en la navegación espacial privada. Si todo está bien, el satélite marplatense llegará a Cabo Cañaveral, donde un cohete Falcon 9 lo llevará al espacio antes de fin de año.

Un camino que recién empieza

“Va a ser el más pequeño de Argentina y de Latinoamérica jamás lanzado. Vamos a probar cómo funcionan los paneles solares, las baterías y las comunicaciones”, explicó Cordero a Infobae. Cada satélite duraría en el espacio unos dos o tres años y luego reingresaría a la Tierra, desintegrándose en la atmósfera.
El objetivo final será lanzar decenas y hasta cientos de estos satélites, justamente para garantizar la cobertura del “internet de las cosas”. “Si tenés un silobolsa, podés ponerle un sensor y nuestros satélites van a permitir que transmita información aunque esté en una región donde no hay comunicaciones; el productor va a poder saber qué pasa con su cosecha desde el celular”, ejemplifica.
Una vez más, Mar del Plata se pone a la cabeza de los desarrollos científicos y tecnológicos del país.