Considerada como la celebración valenciana más importante del mundo, Mar del Plata es el único lugar fuera de Europa donde, cada año, se desarrolla La Falla Valenciana. Como cierre no oficial de la temporada de verano, el evento es un clásico muy esperado por marplatenses y turistas.
El origen de La Falla Valenciana
En vísperas de la Fiesta de San José (19 de marzo), los carpinteros de Valencia tenían la costumbre de quemar, en las calles y plazas públicas, los trastos que les sobraban luego de trabajar durante el invierno. De esa manera, antes de ser incendiadas, preparaban estructuras de madera a las que vestían con prendas viejas.
Con el tiempo, éstas fueron evolucionando y cargándose de sentido crítico e irónico, mostrando escenas que reproducían hechos sociales censurables y crítica social. Para 1901, el propio Ayuntamiento de Valencia otorgó los primeros premios municipales a las mejores fallas.
Con el paso de los años, La Falla Valenciana comenzó a celebrarse en una gran cantidad de municipios de la comunidad valenciana, incluso fuera de ella.
La llegada a Mar del Plata
Según relatan desde la Unión Regional Valenciana de Mar del Plata, en 1954 un grupo de valencianos residentes decidió reunirse y hacer algo en común para mantener viva la tradición de su provincia.
A pesar de que no fue fácil poder realizar la primera falla fuera de su país, ya sea tanto por su construcción como por conseguir el lugar donde quemarla, lograron desarrollarla. Esta primera fiesta contó, en aquel entonces, con una concurrida presencia, en especial de una gran cantidad de valencianos que vivían en la zona.
De ese modo, cada año, durante marzo, la Unión tiene como principal propósito llevar a cabo la Cremà de la Falla con el mayor esplendor posible, como en la añorada Valencia. Sin embargo, mientras que durante los primeros años La Falla Valenciana fue llevada a cabo en lugares distintos, para la década de 1980 la Plaza Colón se convirtió en el escenario fijo.
En cuanto al cronograma de actividades: cada año se desarrolla un festival donde actúa el cuerpo de baile valenciano, se lleva a cabo una misa en la Catedral, se degusta una paella, se desarrollan una serie de espectáculos artísticos en la plaza y, finalmente, se celebra la tradicional quema del monumento fallero.
El ABC de una falla
El desarrollo de la falla involucra varias etapas. En primer lugar surgirá la idea que sugerirá múltiples escenas adecuadamente relacionadas. Luego, el artista la expondrá en el boceto. Si es aprobado, éste se materializará en una maqueta de arcilla o plastilina. Ya en el taller, la maqueta se seccionará, igual que si se tratase de las piezas de un gran rompecabezas, y se iniciará el modelado. Luego, se armará el esqueleto de las figuras y se continuará el armado con madera, paja, tela o cartón, entre otros materiales. Seguidamente, se repasará su superficie con engrudo rebajado y se pegarán pequeñas tiras de papel de periódico con el fin de rellenar algún hueco y desnivel. Por último, se lijará la figura dejándola totalmente lisa y se pintará al plástico o al óleo. El colorido es esencial teniendo presente la iluminación de la noche.
Habitualmente las fallas tienen un carácter satírico sobre temas de actualidad y suelen constar de una figura o composición central de varios metros de altura -las más grandes superan los 30- que están rodeadas de otras piezas.
La Cremà de la Falla Valenciana
Este acto consiste en el acto de clausura de las fiestas. A la hora señalada, el monumento es quemado y un show de fuegos artificiales cierra la velada. Cabe recordar que uno de los principales elementos de las fiestas falleras son los espectáculos pirotécnicos.
Para los valencianos, la cremà es sacrificio y exaltación: se destruye el trabajo de largos meses como parte de un rito aceptado que obliga a una futura superación.
