Desde que se instauró el aislamiento social, preventivo y obligatorio estamos buscando mil maneras para hacer dentro de los hogares, en familia o solos. Seguro ya cocinamos, hicimos gimnasia, miramos películas, leímos libros, nos contactamos por videollamadas, pintamos, dibujamos, entre otras actividades. Por eso, hoy te traemos una nueva propuesta: el cuidado de las plantas. Porque el contacto con la naturaleza nos une al ambiente y es vital para nuestras vidas. Para ello, hablamos con Antonio Monacchi, un importante paisajista de Mar del Plata. Antonio, o Tony como lo llaman sus amigos y familiares, nos dio unos tips para cuidar nuestro espacio verde. Tengas un jardín o sólo un par de macetas, podés usar este tiempo para dedicarte a ello.
Tengo un jardín ¿Cómo lo puedo cuidar?
La cuarentena es una oportunidad para empezar a activar y mejorar las especies que componen nuestros jardines. “Cuando comienzan a acortarse los días es un síntoma inequívoco de que inicia el período del otoño y las plantas lo perciben a través de los fotoreceptores” explica Tony. Y para nosotros, es una señal para empezar a pensar nuestro jardín en vistas a la próxima primavera. Podemos avanzar en un montón de prácticas porque ya la temporada nos permite hacerlo. Por ejemplo, una de ellas es la poda. “Se puede hacer un desrame, un acomodamiento, una adecuación, pasar la tijera a las plantas, a los jazmines, a las rosas, sin que sea una poda abrupta” detalla Tony y agrega “en el caso de las trepadoras, podemos pasar la tijera, atar, sujetar y renovar los alambres”. Las temperaturas y las lluvias otoñales ayudan a que podamos adelantarnos con estas prácticas.
La naturaleza está viva en el césped y en los canteros
Asimismo, la época otoñal es un buen momento para fortalecer nuestro césped, las prácticas de resiembra son muy recomendables. ¿Cómo se hace? Es muy fácil. Cual si fuera una receta de cocina, Tony nos explica: “en primer lugar, se remueven los espacios, los claros que hay en el césped y los manchones, con algún elemento punzante pero que no arranque. Luego se esparce una buena cantidad de semillas al voleo, en toda la superficie, lo más uniformemente posible. Después debemos cubrir, con algún sustrato liviano que puede ser tierra refinada o arena de río, o con la misma tierra que uno tiene en los canteros. Con ello, darle una espolvoreada liviana, con el fin de semi-tapar, y lo regamos o esperamos las lluvias típicas de esta época del año”.
Asimismo, es importante que se disminuya la frecuencia del corte, que cortemos más alto, con elementos que no lo lastimen, que no arranquen ni pelemos demasiado como sí hacemos en verano. Y no nos debemos olvidar el control de maleza, con alguna clase de herbicida selectivo para hoja ancha. Por otro lado, nos podemos ocupar también de la limpieza de los canteros, “con la extracción de las florales de verano, podemos adelantarnos y dar término a esta etapa” ejemplifica Tony. Y añade “se pueden preparar los canteros agregando humus de distintos tipos y materia orgánica. Es una buena época porque el suelo, a diferencia del aire, se va enfriando más lentamente. Por ende, tenemos buena temperatura, buena actividad microbiana y por lo tanto, hay buena degradación de todo ese humus que le podamos incorporar”.
La naturaleza también está presente en las macetas
Tal vez tengamos un balcón o un pequeño patio con macetas, pero esto no quita la posibilidad de cuidar las plantas que habitan en ese espacio. No hace falta tener una gran extensión de parque para ocuparnos de la naturaleza, sabemos que la vida crece hasta en los lugares más recónditos. Una práctica muy usada en la profesión es la realización de gajos. Tony explica que concretamente es “la propagación a través de pequeñas estructuras vivas y jóvenes”. En pocas palabras, es una clonación. Aun cuando estas palabras parezcan sacadas de un experimento de laboratorio, en realidad hacer gajos es muy fácil. “Esta época es ideal, sólo se debe enterrar el gajo en la tierra ya preparada para que luego empiecen a brotar”.
Y también se pueden reponer plantines con especies de transición para poner color a nuestras macetas” aclara Tony. ¿Qué plantas podemos usar? Margaritas, margaritones, crisantemos y otras herbáceas tradicionales. Asimismo, podemos realizar la práctica conocida por remoción de la tierra para que todo lo que plantemos crezca con más fuerza. ¿Cómo se hace? Clavamos y rompemos la tierra de la maceta con un cuchillo o elemento filoso. “Luego agregamos algún tipo de orgánico de fácil descomposición y hacemos una buena remoción para integrarlo. De este modo, añadimos algún elemento orgánico que mejore la estructura de la tierra, para que haga aireación y aporte minerales”, desarrolla Tony con mucha paciencia.
El cuidado del ambiente no se toma cuarentena
No hace falta que salgamos a comprar nuevas plantas ni fertilizantes químicos. La idea es que podamos usar las especies que tenemos en nuestros jardines y canteros. Así como también que aprovechemos los residuos vegetales que desechamos al cocinar: los residuos de las papas, cáscaras de huevo, yerba, restos de alimentos bien picados y las peladuras de las frutas. Además, cuando decíamos que la naturaleza vivía en nuestras macetas no nos referíamos sólo a la vida vegetal.
Para no agregar más plástico al planeta, podemos usar botellas de plástico, los baldes de pintura u otros recipientes, que antes tirábamos. Sólo les hacemos unos agujeros y así, creamos macetas improvisadas, recicladas. Tony no sólo lo recomienda para el uso personal, sino que aclara que es una práctica muy utilizada en su vivero porque reduce el impacto contaminante de estos envases en el planeta. “Si a alguno le gusta el arte, además los puede intervenir. De esta forma, contribuimos con el ambiente, ahorramos dinero y nos entretenemos en este tiempo” concluye Tony.
La naturaleza nos enlaza con la vida
Todas estas tareas son una buena excusa para conectarnos con la naturaleza. Pero no debemos dejar que sea un actividad exclusiva de la cuarenta. Llegado a este punto, nos hacemos eco de la reflexión de Tony: “Muchas veces por la vorágine de nuestra vida, la tenemos un poco olvidada. Este es un buen tiempo para enlazarnos con esa fuerza creadora que nos revitaliza y que nos trasciende en todo nuestro pensamiento. Esa fuerza que nos ayuda a percibir otras cosas que, usualmente, no estamos acostumbrados en hacerlas o pensarlas”. El contacto con la naturaleza, sea un jardín, un parque, o una simple flor en una maceta, nos traslada a nuestra interioridad, nos enlaza con nuestra energía vital y nos renueva la esperanza. No dejemos que el contacto natural sea sólo una terapia en estos tiempos, sino que debemos trasladar este hábito a nuestra rutina, a nuestra realidad y cotidianidad.
