De mediodía, Fernando me recibía en su local gastronómico ubicado por la calle Córdoba. Me esperaba con una pizza recién salida del horno a barro para contarme cómo surgió el sueño de Rabona.
Un sueño hecho realidad
Tres amigos de la infancia, que ya desarrollan una fábrica de cerveza artesanal, ansiaban con pegar el salto de eslabón y colocarse también en el rubro gastronómico.
El placer por viajar y descubrir culturas, los llevó a darse cuenta que Mar del Plata no tenía pizza estilo italiano y la apuesta fue por allí. “Nos la jugamos por abrir una pizzería de corte italiano. La dinámica de nuestro local es muy europea porque la elaboración es a la vista con el horno y la barra”, confesó Fernando. El diseño de Rabona apunta a un estilo retro, italiano, con mosaico blanco y horno de barro.
Un golpe de suerte: Alessandro Giordano, el maestro pizzero
Fernando me detalló que ninguno de los socios era cocinero y que si iban a producir pizza italiana, necesitaban de un experto que les de la identidad que buscaban. Pero ese experto no llegaba.
“A dos semanas de abril el local, tuvimos un golpe de suerte. Nos llegó un currículum de un chico italiano que había llegado hace dos semanas a Argentina y ¡era maestro pizzero!”.
Alessandro Giordano, más conocido como “el tano”, se convirtió en quien llevó la capitanía de Rabona. “Empezamos a probar masas, porque lo que sucede en Italia es que la pizza se hace con harina doble 0 y en Argentina no se consigue”, explicó Fernando.
“Mezclamos harinas hasta que encontramos la ideal con cinco tipos diferentes. Habremos probado 35 masas hasta que encontramos una combinación de harinas que nos gustó. Allí la pasamos a la cámara de frío exclusiva para las masas y las dejamos reposar por 24 horas”, contó.
“No había pisos ni ventanas, pero sí horno”
Fernando me explicó que a días de inaugurar, no tenían ni luz ni agua, “pero estábamos amasando y probando recetas en el horno. Cuando arrancamos con la preparación del local, no teníamos pisos ni ventanas, pero sí horno porque debíamos aprender a usarlo”.
El horno en el que sacan cientos de pizzas diarias, fue armado a medida por especialistas que vinieron desde afuera de Mar del Plata. Las pizzas de Rabona tardan 90 segundos en hacerse. La tiran, le ponen la salsa, los ingredientes y directo al fuego.
De corte napolitano, bien infladas
Más de 15 variedades de pizza se pueden probar en el local ubicado en la calle Córdoba esquina Primera Junta. Entre los más pedidos se destacan: la clásica Margherita, la Napolitana con tomate fresco aceite de ajo y aceitunas, la Cuore di Parma con rúcula y jamón crudo, la Calabrese , la Caprona con tomates cherrys y queso de cabra, y la Pistacchio con crema de pistacho, mortadela y mozzarella.
Un dato no menos importante, es que cuentan con una carta de postres en la que se destacan por ser los únicos en la ciudad de tener Panna Cotta. Asimismo, cuentan con diez canillas de cerveza artesanal y aperitivos típicos italianos: Aperol, Campari y Sinzano.
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