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Tío Curzio: una historia con aroma italiano

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Entre cafés, tostados y jugos de naranja, el bullicio de los turistas que siempre buscan las mesas cercanas a las ventanas para tener una mejor vista de Playa Varese y los vecinos que ya tienen su ritual clásico en el lugar, Tío Curzio sigue firme mirando al mar.
Este destacado café y restaurante, fundado en 1965 por Curzio Benedetti junto a su mujer Franca, es hoy un símbolo de la ciudad. Su nacimiento y posterior popularidad es, como dice su fundador, “una simple historia de amor y agradecimiento…”

Curzio Benedetti, un italiano lleno de sueños

Cuenta la historia que en el año 1947, y con los resabios de la Segunda Guerra Mundial aún presentes, Curzio Benedetti y su mujer, Franca, decidieron dejar su ciudad natal, Sant’Angelo in Vado. El hambre, la falta de trabajo y el clima social los empujó a tomar una determinación: viajar a Argentina, tierra de paz, trabajo y prosperidad.
El matrimonio Benedetti, junto a su hijo Mario, desembarcó en Mar del Plata en el invierno de 1947, luego de un viaje en barco de 40 días. Por aquellos años, “La Feliz” estaba lejos de ser lo que es ahora; en invierno las calles estaban prácticamente vacías y los grandes chalets y casonas quedaban en mano de sus cuidadores. Sin embargo, al poco tiempo esto cambiaría ya que el gobierno peronista impulsaría la popularización de Mar del Plata y el final de la ciudad como destino turístico de la aristocracia nacional.

Tío Curzio - Sant'Angelo in Vado es una localidad y comune italiana de la provincia de Pesaro y Urbino
Franca Guerra nació en Sant´Angelo in Vado el 22 de abril de 1922; un año después y en el mismo lugar que Curzio Benedetti quien nació el 4 de noviembre de 1921.

Trabajo, esfuerzo y un objetivo

Cuenta la historia que, en esa época, por ley se exigía a los inmigrantes que tuvieran un contrato de trabajo, proporcionado habitualmente por un paisano. Curzio ya tenía a su hermano Eliseo viviendo en Argentina, el cual había emigrado cuando Curzio recién había nacido, con lo cual no se conocían.
Los primeros años fueron los más difíciles. Curzio trabajaba como peón de albañil y, los fines de semana, como ayudante de mozo en el Royal Hotel, donde Franca cumplía tareas de sirvienta y lavandera. Además, vivían en un chalet donde se desempeñaban como caseros. Sin embargo, Curzio sabía que tanto esfuerzo traería recompensas en el futuro y así fue. A mediados de la década del ’50, tras varios años de ahorro, la pareja compró un fondo de comercio.

Nace un mito en Mar del Plata: Tío Curzio

El primer emprendimiento comercial de la pareja Benedetti, junto a un paisano llamado Gino Guerra, fue una fiambrería que al poco tiempo se transformó en una casa de pastas que fue furor en su momento gracias a su original estrategia publicitaria: regalar las pastas por el barrio y ganar clientes. El éxito fue inmediato, y le ofrecieron comprar el fondo de comercio. Con el dinero, Curzio y Franca abrieron un hotel llamado “Metauro” en homenaje a un río de Sant’Angelo in Vado.
Nuevamente la visión comercial de Curzio y sus extraordinarios dotes para el comercio hacen que un empresario compre el hotel y que el matrimonio, abra el hotel “Francamar”, ya sin Gino.
Para ese entonces, la familia Benedetti ya era conocida en la ciudad y habían ganado cierto prestigio. Por eso, no le resultó difícil a Curzio contactarse con los directivos del Club Pueyrredón para convencerlos de convertir un viejo gimnasio del club en un restaurante a la carta. Había nacido Tío Curzio.

Tío Curzio - Festejos por los 100 años de Mar del Plata. PhotoCredit: Tío Curzio.
Los amplios salones de Tío Curzio albergaron a los más reconocidos personajes de la farándula argentina. PhotoCredit: Tío Curzio.

“Cierto día, uno de esos tantos, en que paseaba mi nostalgia por la costa, divagando, perdida la mirada en el inmenso Atlántico, un cartel llamó mi atención. Me encontraba en Boulevard Marítimo y Colón, y admiré la hermosa arquitectura de esta construcción. Contemplé como se amalgamaba con la armonía panorámica costera. De pronto, comprendí que yo debía hacer ‘algo’ por esta ciudad que tanto nos había dado…”, contó Curzio Benedetti alguna vez. Así fue como, tras la venta de una casa, el italiano compró el imponente chalet construido por Alula Baldassarini donde todavía se mantiene el famoso restaurante Tío Curzio.

Espectáculos y la mejor gastronomía en Tío Curzio

La inmejorable ubicación, los exquisitos platos caseros (los capelletis eran la especialidad de la casa) y los shows conducidos en un principio por el mismo Curzio, le dieron al lugar la fama que necesitaba para convertirse en un punto neurálgico de la ciudad. Raúl Lavie, Dani Martin, Estela Raval y otros tantos artistas pasaron por uno de los salones del amplio chalet.
Hoy, a más de 50 años de su fundación, Tío Curzio se mantiene como uno de los puntos gastronómicos más importantes de Mar del Plata y como testigo del esfuerzo y trabajo de una pareja de inmigrantes italianos que un día llegó a “La Feliz” con un sueño.

Tío Curzio - Salón del restaurante. PhotoCredit: Francisco Zazzu.
Dentro del restaurante hay un área dedicada a la historia del lugar, con piezas de colección. PhotoCredit: Francisco Zazzu.
Tío Curzio: una historia con aroma italiano ultima modifica: 2019-10-23T08:00:33-03:00 da Francisco Daniel Zazzu

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