¿Qué fue primero, Mar del Plata o los lobos marinos? Lo cierto es que antes de la fundación y primera urbanización de la ciudad había una numerosa colonia distribuida por la toda la costa.
Actualmente, conviven en un área reservada creada especialmente para ellos en el corazón del Puerto local. En esta nota te contamos su historia y presentamos tres símbolos de Mar del Plata inspirados en estos primeros habitantes.
Crece la ciudad, decrece la colonia
Antes de la formalización de la ciudad, los lobos marinos vivían en estado natural a lo largo y ancho de la Costa Atlántica y el Mar Argentino. Con la llegada de los primeros pobladores vieron alterado no solo su ambiente, sino también amenazada su existencia.
Sus apostaderos naturales se redujeron considerablemente ya que empezaron a ser cazados por las bondades de su carne y grasa; posteriormente fueron víctimas de la caza deportiva. En definitiva, los primeros asentamientos humanos también significaron la desaparición virtual de los lobos marinos.
Luego de 1920 comenzó el poblamiento masivo de la zona sur de Mar del Plata por parte de inmigrantes, sobre todo italianos. El “puerto natural” de la incipiente ciudad (lo que hoy es la zona centro) se trasladaría adonde se halla actualmente, en gran parte respondiendo al asentamiento de los trabajadores.
El nuevo Puerto local, dragado artificialmente y ubicado al sur de la ciudad, empezó a trabajar y producir en grandes cantidades hasta convertirse en un ícono nacional que perdura hasta hoy. Para los lobos marinos migrantes que deambulaban por aguas cercanas esto significó una segunda oportunidad de relocalización.
El Puerto nuevo atrae a los lobos marinos itinerantes
La entrada y salida de barcos y buques pesqueros cargados de todo tipo de especies ictícolas atrayeron a una nueva (aunque reducida) colonia de lobos marinos. Estos comenzaron a alimentarse del excedente de pesca que estos barcos traían al Puerto, y para esto se acercaban tanto como podían a la costa.
Para 1960, el nuevo asentamiento se hace patente a la vez que genera algunos problemas con los trabajadores portuarios: de pronto podían verse lobos marinos ocupando lugares de tránsito diario e invadiendo los elementos básicos para la pesca, por caso las lanchas amarillas.
Así como la banquina del Puerto ofrece alimento fácil, en sus inmediaciones también hay desechos que resultan peligrosos para la supervivencia de los lobos marinos. Incluso la contaminación del agua lo vuelve un lugar indeseable para permanecer y reproducirse.
La Fundación Fauna Argentina entra en acción
A mediados de la década de 1980, la situación de los lobos marinos en el Puerto de Mar del Plata se vuelve un problema tanto para esta especie como para los trabajadores. Es por esto que la Fundación Fauna Argentina comienza a trabajar y brega por un espacio protegido para los lobos en las inmediaciones del Puerto.
La reserva se ubica en un espacio delimitado del muelle de la Escollera Sur, cercado y preservado del tránsito automovilístico y marítimo. Fue acondicionado con abundante cantidad de piedras y arenas, hasta formar una banquina natural donde los lobos pudieran apostarse y eventualmente regresar al mar.
Hasta el día de hoy, se considera a esta colonia de lobos marinos como “no reproductiva”, ya que está compuesta mayoritariamente por machos.
Si bien la caza y la explotación directa de los lobos marinos es una problemática superada, aún persisten algunos inconvenientes que llevan a especular con que la reserva pueda trasladarse.
La contaminación, la agresión indirecta y la desidia del sector portuario atenta contra su conservación; por lo que la tarea de la Fundación Fauna Argentina sigue igual de vigente.
Visita a la reserva de lobos marinos
Hay dos formas de ver la colonia de lobos marinos: mediante los paseos marítimos que se acercan al apostadero, o llegando en auto o a pie desde la Escollera Sur.
Es un punto de visita obligado para complementar el recorrido por el Puerto marplatense. Junto con los lobos pueden avistarse durante todo el año distintos tipos de aves como gaviotas antárticas o palomas cangrejeras.
Los lobos marinos, parte del patrimonio simbólico de Mar del Plata
Arena y mar; caracoles, alfajores, conservas de pescado… y lobos marinos. Estos elementos identifican la ciudad y pueden encontrarse en forma de imanes y postales, muñequitos y adornos en cualquier casa de souvenirs cuando se visita Mar del Plata.
Si la óptima conservación de los lobos marinos, primeros y auténticos pobladores de esta porción de la Costa Atlántica aún resulta dificultosa, por fortuna persisten en el imaginario de residentes y turistas.
Hoy, cuando se habla de los lobos marinos de Mar del Plata también pensamos en:
– Las esculturas de José Fioravanti que se erigen imponentes en la Rambla marplatense. Allí se cree que estaba su apostadero original, y hoy son una de las postales fotográficas más buscadas por quienes visitan la ciudad.
– El lobo de mar de alfajores, escultura contemporánea de la reconocida artista argentina Marta Minujín. Es un homenaje doble a la colonia local y las esculturas de Fioravanti, y su imponente estructura se montón con miles de envoltorios del tradicional alfajor Havanna.
Fue concebido en 2014 para la inauguración del Museo MAR de Arte Contemporáneo, y desde entonces se encuentra coronando su explanada.
– El premio Lobo de Mar, que se entrega desde hace 30 años a personalidades del deporte y la cultura oriundos de Mar del Plata.
Commenti
